Siempre que llega la Coronación…
El mes de mayo avanza, los días se hacen cada vez más largos, la explosión de color primaveral se muestra en su pleno apogeo. Y con ello, la mente y el corazón se dirigen hacia la Coronación de nuestra Madre.
María, ¿Cómo olvidar los finales del mes de mayo si aquello que se guarda en el corazón nunca se olvida? Experiencias, momentos, personas, palabras,… que quedan en nuestra memoria, sin nosotros se conscientes, para siempre.
Recuerdo mi época escolar con gran cariño, cuando desde pequeños celebrábamos la Coronación de María. Primero le ofrecíamos flores, que en casa nos preparaban con todo mimo para la Virgen, al igual que en el colegio preparaban nuestro corazón, encendían la llama de nuestra devoción hacia Ella, enseñándonos piropos, oraciones, canciones y poesías que no parábamos de repetir durante toda la época.
Según íbamos creciendo la Hermana Carmen nos acogía en su coro, ensayando recreo tras recreo el himno de la coronación, ella en su armonio marcaba las notas para que nuestras infantiles voces se unieran a tan emocionante canto.
Cursos más tarde, nos llegaba el privilegio de coronar a la Madre, ¿seríamos los elegidos?, por todos nosotros eran bien sabidos los criterios para optar a tal concesión, que quedaban resumidos en el amor profundo a María.
Año tras año esperaba el momento de poder portar las flores entrelazadas que formaban la corona ideal. Me parecía que aquel momento nunca iba a llegar. Recuerdo el año en el que fui elegida, junto con tres compañeros más. No puedo olvidar lo feliz que me sentí, los ensayos donde intentábamos coordinar el ascenso de la corona con la letra del himno, quién tenía en frente de mí, quién estaba a mi lado, los consejos de las hermanas para que todo salieran genial… También recuerdo especialmente la alegría de mi madre cuando lo conté en casa, pues ella bien conocía lo que para mí significaba, ella me acompañó ese día tan importante para mí, desde el altar, en un instante en el que desvié mi mirada de la Virgen, pude ver cómo mi madre se emocionaba, por poder compartir este momento de alegría y devoción conmigo.
Año tras año, alumnos y alumnas pueden experimentar similares emociones, porque en la familia Spínola este acontecimiento es esperado durante todo el curso por niños, adolescentes y adultos. Así es, siempre que llega la Coronación… late el corazón de nuestro colegio de una manera especial. ¡Gracias!
Aurora Martín Martín
Profesora y Antigua Alumna